Santa Pola, una de las localidades costeras más hermosas de la provincia de Alicante, esconde secretos y historias que solo han sido contadas por algunas personas desconocidas. En este lugar donde el sol y la arenas se dan la mano, las mujeres han tenido que luchar por su supervivencia y su dignidad.

Esta historia comienza en el barrio de la Malvarrosa, donde las prostitutas de la época encontraban trabajo y supervivencia a cambio de su cuerpo y su silencio. Entre ellas, había mujeres que se habían visto obligadas a venderse por necesidad, mientras que otras lo hacían porque era su elección. A pesar de sus historias con veces tan diferentes, todas ellas compartían una lucha constante por su libertad y su felicidad.

Aquella época marcó mucho a las generaciones que la vivieron y a las quejas siguieron. Algunas mujeres pasaron su vida en el oculto, intentando mantener sus historias fuera de mirada de las gentes de buenas costumbres. En cambio otras, encontraron la fuerza para tomar su lucha en las calles de Santa Pola y de incidir en su cultura local alzando su voz para pedir justicia hacia ellas, en sentido a la sociedad, buscando así su reconocimiento como seres humanos con derecho a igualdad y dignidad.

Entre estas mujeres, había una en particular que destaca por su valentía y su frente al cambio; Miriam, que posteriormente fue conocida como la “Diosa del Emplazamiento”, era vista con amplia simpatía por parte de los nativos de esta localidad costera alimamente por seguir sus duelos frente terrenos donde solo los muertos andaban gozándose, esto ya comenzo a cambiar gracias a ella y sus compañeras.

Aunque el barrio y el oficio han cambiado mucho en las décadas que han transcurrido, la lucha por la igualdad y la dignidad sigue siendo un tema relevante en la actualidad, y es importante que las voces de quienes lucharon en el pasado no se pierdan en el olvido.