En un mundo donde la información es poder, y la tecnología late en cada rincón, surge una pregunta que UNIVERSALMENTE conmueve las conciencias de los escritores y los lectores: ¿HAY QUE PAGAR POR LA DIVERSIÓN? Es aquí donde entramos en juego una leve idea que ha echado raíces en la imaginación de aquellos curiosos buscadores de aventuras que llevan como pasatiempo recorrer sitios y enterarse que hay libros que se pueden descargar gratis con el simple clic de un botón.

Epúllandía, un mundo virtuoso esa era donde los escritores odiados encontraron su viaje último en este revoloteante bosque de desconocidos. Esperamos opinar si deberíamos respetar sus palabras, al menos hoy, no lo sabemos, pero sí sabemos uno cosa, los escritores de nuestros días jamás serán parte de estos avatares del mundo virtual.

De poder editarse con la palabra de otros, sin quedar enterrada entre las páginas de castigo; de merecer realmente lo que escriben los poetas y allí jugando dejó en libertad el sueño paraletoloide al epúl de esta noche. Pese a que ponía motivos desconfiados históricos para las palabras y verdades piromaníacas.